En Navidad y Año Nuevo, el ambiente se torna festivo, vemos luces, colores, regalos. Las personas se reúnen ya sea a despedir el año que se va, o por el simple hecho de cerrar un nuevo capítulo en sus vidas.
Cuando una persona ha perdido un ser amado, piensa que no tiene nada que festejar , pero el calendario no falla y las fechas llegan. Los primeros tiempos no sabemos cómo manejarnos, no sabemos qué hacer, algunas personas quisieran encerrarse en su casa, no ver a nadie, cerrar las ventanas, y aturdirse en su propio dolor… la experiencia de muchos demuestra que esto no da resultado; pasados 365 días es un volver a esa primera vez.
Habrá amigos o familiares que nos invitan a compartir con ellos esos momentos, pero no saben qué hacer con nosotros, todo lo que hacen es con la mejor intención desde el cariño que nos tienen. Tal vez podríamos aceptar esa invitación, y los haríamos sentir muy bien a ellos, y por consecuencia nos sentiríamos un poquito mejor nosotros también.
También ocurre que a veces nos anticipamos a las fechas y nos empezamos a sentir mal al pensar cómo vamos a estar, pero, si extrañamos todos los días a la persona que murió, ¿ por qué ese día vamos a estar peor?
Al enfrentar por primera vez estas fechas tan significativas te puede parecer una falta de respeto que alguien te desee felicidad. ¿Qué significa esa palabra para cada uno de nosotros?. Existen tantas definiciones como personas que habitamos el mundo. Para nosotros felicidad tiene mucho que ver con la paz interior con una vida llena de sentido, un sentido trascendente. Y trascender es ir más allá de uno mismo, es acercarse a las personas y darles lo mejor de nosotros en honor de esa persona que murió. Es una actitud ante la vida. Desear felicidad, es desear una vida trascendente, una vida dedicada a los semejantes, una vida llena de sentido. Por supuesto que implica un esfuerzo muy grande, porque es salir de tu dolor y ver más allá.
También es muy válido tener momentos de reflexión y recogimiento entre tanto bullicio a nuestro alrededor, para honrar a esas personas que están y estarán presentes por siempre en nuestro corazón.
Decir sí a la vida, a pesar de todo, significa también aceptar que a nuestro alrededor la vida continúa, que nosotros somos parte de la vida y que es nuestra la decisión de cómo queremos vivirla, y qué queremos devolverle a la vida que aún espera algo de nosotros.
Centro Tanatológico Renacer te desea unas felices fiestas decembrinas!
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