Presa del dolor, va a ver al hombre sabio y le dice:
_ ¿Qué oraciones, qué encantamientos mágicos conoces para devolverle la vida a mi hijo?
En lugar de echarla o tratar de razonar con ella, el sabio le dice:
_ Tráeme una semilla de mostaza de un hogar que no haya tenido jamás una pena. La usaremos para alejar la pena de tu vida.
La mujer partió de inmediato en busca de la semilla de mostaza mágica. Primero llegó a una espléndida mansión, llamó a la puerta y dijo: -Estoy buscando un hogar que no haya tenido jamás una pena. ¿Podría ser esta casa? Es muy importante para mí.
Le respondieron:
-Has venido a un mal lugar -y comenzaron a relatarle todas las cosas trágicas que les habían sucedido.
La mujer pensó: “¿Quién mejor que yo que he tenido una desgracia, para ayudar a estos pobres desafortunados?” Se quedó con ellos y los consoló y después siguió su búsqueda de un hogar donde jamás hubo una pena. Pero dondequiera que fuera, en chozas y en palacios, encontró un relato tras otro de tristezas e infortunios. Finalmente, se dedicó con tanto empeño a consolar el dolor ajeno que olvidó su búsqueda de la semilla de mostaza mágica, sin comprender jamás que, en realidad, había alejado la pena de su vida.
Del libro “Cuando la gente buena sufre” de Harold Kushner.
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