Cada actividad que se realiza, pone al doliente en contacto con la dura realidad, porque falta alguien. No se entiende como la vida de las otras personas puede seguir como si nada mientras uno está roto.
Ahora toca soltar las notas que desentonaron, conservar las notas que dan paz y dulzura a nuestra alma, para continuar ésta melodía que manifiesta la historia de nuestra vida.
Los antiguos mexicanos creían que las almas de los muertos seguían un rumbo determinado de acuerdo al tipo de muerte y no al comportamiento en la vida.