Tus pensamientos son una conversación contigo mismo, puedes utilizarlos para crear barreras y sentirte indefenso emocionalmente, o puedes crear un cambio positivo.
La actitud con la que enfrentamos al mundo y a nosotros mismos en esta situación, tendrá un efecto profundo en el desarrollo de los acontecimientos futuros, tanto a nivel individual como colectivo.
La fortaleza de la familia depende de su capacidad para movilizar estrategias alternas cuando el entorno interno y externo les invita a una reestructuración.
Las pérdidas nos transforman, trabajar en el proceso de duelo nos lleva a ser una mejor versión de nosotros mismos. Conocer los síntomas que se experimentan y las acciones que podemos llevar a cabo, contribuye a este crecimiento. Ayúdate y déjate ayudar, no estás solo.
Encontrarse en estado de choque no es estar loco ni enfermo. El aturdimiento y la confusión forman parte de la vivencia de la pérdida, y hay que aceptarlo como algo natural, por muy antinatural que te parezca.
En el duelo se sufren grandes cambios que nos transforman para proseguir nuestra vida a pesar del dolor y conseguir enriquecerla e impregnarla de nuevo sentido.