Con la práctica de Mindfulness se pretende que el individuo observe y acepte la ansiedad con el fin de aumentar la tolerancia a los síntomas, dejando a un lado la evitación de estos y potenciando la conducta adaptativa y la salud mental (Greeson y Brantley, 2011).
Los síntomas del declive de actitud por lo general inician al entrar a la década de los 30 años, y se aceleran gradualmente disminuyendo nuestra capacidad para disfrutar de la vida.